Hoy nos levantamos en Arequipa a las 7:00, ya que tenemos que recoger nuestras cosas porque nos van a venir a recoger para iniciar nuestra excursión al Cañón del Colca. Para hacer esta excursión, reservamos el tour Cañón del Colca 2D/1N con el proveedor Machu Picchu Viajes Perú. En la página web no tienen la opción de empezar en Arequipa y terminar en Puno, como queríamos hacer, pero contactamos con ellos y nos lo consiguieron organizar por el mismo precio.
Hoy vamos a llegar hasta los 4900 m de altitud, así que nos prepararemos una mochila con un forro polar y un cortavientos a mano.
Desayuno
Ayer compramos un paquete de galletas y dos zumos de melocotón en una tienda local. Este será nuestro desayuno de hoy.
Antes de salir, tomamos media pastilla de Edemox (acetazolamida) tal y como nos había recomendado el médico, para prevenir el mal de altura.
A las 8:15 aparece en nuestro apartamento la furgoneta que nos va a llevar a la excursión junto con varias parejas más. Nuestro guía, que se hace llamar «condorman», nos pone el mote de «chascosos» a nuestro grupo, que según él, viene del quechua «ch’aska», que quiere decir estrella. Simplemente nos hace gracia, y nos quedamos con ese mote todo el viaje.
Iniciamos nuestro viaje en dirección hacia el norte. Durante un buen rato, podemos ver la enorme extensión que ocupan las zonas periféricas de Arequipa. Tal y como habíamos comentado, con calles sin asfaltar y casas a medio construir, por tal de evitar pagar impuestos.
Antes de salir de la ciudad paramos en una pequeña tienda, en la que nos recomiendan ir bien equipados al viaje, para el mal de altura. Nos compramos un paquete de caramelos de muña, que es una alternativa a las hojas de coca para gente que tiene problemas de hipertensión. Igualmente, también compramos un paquete de hojas de coca, que no nos vamos a ir de Perú sin probarlas, y una bebida isotónica y agua suficiente para el resto del viaje, ya que nos indican que nos vamos a deshidratar mucho con la pastilla que nos hemos tomado.
Saliendo de Arequipa, llegamos a la carretera por la que vamos a seguir durante 150 kilómetros, hasta Chivay. La carretera es de un solo carril por sentido, llena de curvas y bastante deteriorada. Por ella pasan gran multitud de camiones. En ese momento empezamos a experimentar cómo es la conducción peruana, adelantando a toda velocidad a los camiones de cuatro en cuatro, por las curvas, sin ningún tipo de precaución. Creo que es algo a lo que uno termina acostumbrándose.
Antes de llegar a nuestra primera parada, nuestro guía ve una manada de guanacos, un tipo de camélido que raramente se puede observar por Perú, ya que la población se ha reducido mucho. Así que aprovechamos para parar y hacer alguna foto.


Siguiendo, paramos en un precioso mirador a 4080 m de altitud, desde el que vemos una manada de vicuñas (otra especie de camélido salvaje) en una pequeña laguna, teniendo de fondo los volcanes Misti y Chachani.
Por el camino hacemos algunas paraditas más para poder ver llamas, comprar algún souvenir a las señoras que ponen puestecitos en las carreteras, y tomar un mate de muña en un bar de camino.


Después de unas tres horas, llegamos al punto más alto del camino, el mirador de Patapampa, a 4910 m de altitud. Desde este mirador hay unas vistas muy bonitas a diferentes volcanes de los Andes. Aquí empezamos a experimentar lo que es la falta de oxígeno, ya que subir tres escalones nos deja cansados como si hubiésemos subido varios pisos. En este punto, una de nuestras compañeras del grupo se empieza a marear, pero por suerte, el condorman saca una botellita de agua florida, y los síntomas parecen pasarle durante un rato.
Por el momento, estamos tranquilos, hemos probado todos los métodos para prevenir el mal de altura, y parece ser que no nos está afectando.
A partir de allí queda una media hora de bajada hasta Chivay.
Solo llegar a Chivay, paramos en un restaurante a comer.
Comida: Q’apaqñan
El tour nos para en este restaurante. Se trata de un buffet turístico en el que suelen parar las furgonetas y autobuses.
No podemos decir que esté mal, ya que hay bastante variedad de platos peruanos, y están ricos, pero no deja de ser un restaurante turístico, que no está al nivel de los restaurantes que habíamos ido hasta ahora.
En nuestro caso, teníamos la comida incluida en este restaurante, aunque la bebida se paga aparte, y dos botellas de agua nos cuestan s/. 10.
Sabemos que con el mal de altura no podemos comer mucho, pero es difícil en un buffet no probarlo todo, así que comeremos bastante. Mal hecho.
Al terminar de comer el grupo se separa. Unos se quedan en sus hoteles, otros se van a caminar y nosotros, junto con el guía y otra pareja, nos vamos a una de las termas al lado del río Colca. El agua, a la temperatura que sale a causa del calor de los volcanes, está calentita y es un baño que realmente nos apetece. La entrada nos cuesta s/. 15.
En este momento se nos olvida que estamos a mucha altitud y a Lorena le da algo de náusea al salir del agua tan caliente. Hay que hacerlo más despacio. Por suerte, en un rato se le pasa.

Al volver, la furgoneta va dejando a todos los integrantes del grupo en varios hostales de Chivay, pero a nosotros nos llevan un poco más lejos. Al principio no entendemos por qué, pero al ver el hotel que nos ha tocado, vemos que es súper bonito. Estamos en el hotel Pozo del Cielo, que está a los afueras del pueblo, y es precioso, con sus jardincitos y sus vistas a las montañas.
Después de descansar un ratito, damos un paseo hacia el pueblo de Chivay, cruzando el Puente Hispano-Inca. El pueblo es pequeñito y pintoresco. Por las calles se ven muy pocos turistas. Damos una vuelta por la zona de la Plaza de Armas y nos volvemos al hotel.
En teoría, con el tour teníamos una cena (no incluida) en uno de los restaurantes de la Plaza de Armas mientras observábamos bailes peruanos, pero estamos muy cansados y con poca hambre, así que iremos a cenar algo más ligero a nuestro hotel.
Cena: Hotel Pozo del Cielo
El hotel tiene un pequeño restaurante para los clientes. La verdad es que no tenemos mucha hambre, pero vemos que en la carta hay dieta de pollo (una sopa ligerita de caldo de pollo), que en ese momento nos apetece. Y la verdad es que nos sienta bien.
Precio: s/. 50 (unos 13€)
Después de cenar, nos vamos a dormir, para podernos levantar mañana temprano e ir a ver el vuelo del cóndor.